PN del Alto Ebro y Rudrón-Orbaneja-Cascada del Tobazo

Ruta realizada el Miércoles 26/05/2021

Dificultad Física
Dificultad Técnica
53.2 km
630 m
265 Km Distancia Madrid
9h02'
4h51'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Juanlu, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 19.2
Descarga ruta: 2021-05-26-Parque-Natural-del-Alto-Ebrov2.gpx
Reproductor audio crónica:

Para que las rutas salgan perfectas es muy importante elegir bien la zona, conocer a los compañeros, calcular los esfuerzos necesarios y la dificultad técnica. Pero también los horarios para alcanzar los sitios donde poder almorzar convenientemente. Se puede comer a media ruta si la distancia y los desniveles no son importantes. Dar pedales después de una copiosa comida es un tormento. Y no hemos venido a sufrir. Encontrar un restaurante abierto y con garantías, en esta época de Covid y entresemana no será tarea fácil, por lo que hay que buscar poblaciones de cierta relevancia. La materialización de las reservas será una ingrata labor que Domingo ha solventado con mucha eficacia.

Verdaderamente no puedo dejar de alabar la colaboración de todos los intervinientes. Tradicionalmente me he encargado de toda la logística de estos viajes que afortunadamente siempre salieron a pedir de boca. Sin embargo, desde hace algún tiempo he decidido que nos repartamos las tareas.

Así pues, yo me he encargado de realizar el Plan de Viaje, buscar, seleccionar y adaptar las rutas de bici; Pepe se ha encargado de repasar las rutas definitivas y el Plan de Viaje, así como de las reserva de alojamiento. Y lo ha hecho con gran acierto. Juanlu, nuestro entrañable agregado cultural, se ha encargado de buscar, escudriñar y relatar la parte histórica, artística y peculiar de cada zona. Y lo ha hecho con nota. Alfredo, se ha encargado de la selección de la malograda ruta de senderismo, como nos contará en su correspondiente crónica. Ahí es cuando Juanlu nos sorprendió con su alternativa que nos salvaría el día muy meritoriamente. Pero Alfredo también se encarga de gran parte de la creación de material gráfico, no sólo con su móvil y su cámara compacta, sino con el dron (Retortijón como le llamamos, por aquello del botón Return to home), que lleva a su espalda durante todo el camino y que ya maneja con gran destreza. Gracias a esas escenas, junto con las fotos que Domingo va tenaz y regularmente haciendo, más las tomas de vídeo que yo añado, podré construir un vídeo que atestigüe nuestro viaje para disfrute de todo aquel que se asome a esta magnífica Web de la que tanto nos enorgullecemos, en la que todos colaboramos y que Alfredo nos construyó con nuestras sugerencias y su gran conocimiento técnico.

Una vez más todo ha salido a la perfección. Somos un grupo muy disciplinado y muy unido. Son muchos años juntos y no es casualidad que seamos tan diferentes y a la vez, que nos llevemos tan bien. Bueno, después de todo este rollo vamos a la crónica.

Hoy es el tercer día por Las Merindades. Tengo muchas esperanzas puestas en esta ruta desde el día que descubrí esta escarpada zona trasteando con el Land y las rutas que recopiló Domingo, más aquellas que yo iba añadiendo de Wikiloc. Al ver en el mapa «Parque Natural de…», se me encendieron los ojos. Finalmente me salió un track-Frankenstein, compendio de varias rutas en las que he tenido que quitar kilómetros, trialeras y retornos por las alturas de los desfiladeros, para quedarnos con la esencia del recorrido y adaptarlo a nuestras características. Había que tener en cuenta que a estas alturas de semana ya llevaríamos unos cuantos kilómetros en las piernas y que en estos viajes se trata de disfrutar del entorno y de los detalles, lo que implica un ritmo más lento de lo habitual. El cañón prometía por lo accidentado del terreno, la exuberante vegetación y la compañía de uno de nuestros más emblemáticos ríos. Así que decidí que la vuelta se hiciera por la misma vía. Analicé la posibilidad de recorrer el otro río que da nombre al Parque Natural porque su cañón promete mucho interés, sin embargo se separa bastante de dos de los puntos más interesantes de la ruta: Orbaneja del Castillo y la cascada del Tobazo, como veremos más adelante.

Después del copioso desayuno a base de tostadas con tomate y aceite (también con mantequilla y mermelada) que Ana Mari nos ofrecía en tandas y que Alfredo engullía con solvencia, diligencia y manifiesta rapidez; cogemos los coches durante 40 minutos hasta Pesquera del Ebro, un pueblito a orillas del río con robustas casas de piedra bien conservadas por los escasos 50 habitantes habituales y los propietarios de casas vacacionales. Hacemos las primeras fotos del magnífico puente sobre el Ebro.

Cogemos un camino donde han hecho una deforestación de chopos brutal debido a que estaban podridos, como nos contó Víctor -suponemos que era el alcalde- a la vuelta de la ruta. Sorteando ramas caídas salimos a un sendero completamente llano y a contracorriente de las aguas entre la verde vegetación. Un verdadero placer que vamos disfrutando a la par que vemos correr el río y los altos paredones del desfiladero. Hermosos ejemplares de árboles de distintas especies nos amenizan el paseo. En ocasiones las ramas de los arbustos pasan muy cerca de la cabeza y de las manos que llevamos sobre el manillar. Alfredo que lleva pantalón corto, se acerca más de la cuenta a las ortigas y prueba sus defensas anti-intrusos.

Salimos a un camino carretero que tras algunos kilómetros nos conduce a una central hidroeléctrica. Nos cruzamos con un nutrido grupo de senderistas de mayor edad a la nuestra. Son gente a los que la Seguridad Social les paga la fiesta como a Juanlu y a mí, que se muestran felices -al menos, los primeros de la larga fila-. Detrás van varios descolgados algunos con cara más compungida.

Poco más adelante nos encontramos con la ermita de Nuestra Señora del Ebro donde Alfredo hace el primer vuelo del Retortijón.

**** ATENCIÓN no existe el video DJI_1107.MP4 en el álbum de Google de la crónica
Desvío para seguir el desfiladero del río Rudrón que no recorrimos

A poco más de un kilómetro y a la izquierda se une el río Rudrón que viene de Valdelateja. Lo ignoramos y seguimos a buen ritmo de nuevo por un sendero paralelo y muy cercano al río. Durante un buen rato no volvemos a ver a nadie hasta que en las cercanías de Quintanilla-Escalada nos cruzamos en varias ocasiones con un grupo de jubiletas senderistas. Entramos en el pueblo. Está en obras y no tiene nada que destacar salvo la iglesia que parece haberse sujetado después de un terremoto.

El siguiente pueblo es Escalada. Su iglesia tiene un pórtico con las figuras y las pinturas bien conservadas.

El padre Félix dando el sermón de la montaña

Nos comemos el plátano junto a la mesa de pin-pón antes de seguir en dirección a Orbaneja por un sendero delicioso. La temperatura sigue siendo fresca y agradable. Afortunadamente este frescor evita que proliferen los mosquitos salvo en escasos puntos. En unos días, en cuanto suba la temperatura esto se va a convertir en un verdadero infierno de bichos.

Llegamos a Orbaneja y lo pasamos de largo para acercarnos a la cascada de El Tobazo. El sendero no puede ser más bonito. Además de la vegetación habitual, llevamos algunos kilómetros donde se mezclan los típicos árboles de ribera con robles, cerezos, nogales, álamos negros, avellanos y hayas de gran porte que van dominando en número.

Antes de llegar a la cascada cruzamos algunos pequeños charcos y piedras que son la única dificultad de todo el recorrido. En uno de ellos, un despiste de Domingo se convierte en una voltereta lateral en pendiente y dirección al río sin consecuencias físicas. Esto es fruto de lo que Rufi define como la Maldición Surroca. Lo peor de todo es que Alfredo iba grabando con su GoPro y queda registrado como aporte para la sección de Videos de Primera en la web. Queda constancia una vez más, de que uno de los mayores riesgos que se puede correr en estas rutas es ir delante de Alfredo y detrás de Pepe.

Cascada de El Tobazo

La cascada nos ofrece un espectáculo a pesar de su escaso aporte de agua. Otro paseo de Retortijón nos dejarán imágenes para el recuerdo. Fotos por aquí y por allá. Es hora de ir acercándonos de nuevo a Orbaneja para saciar el voraz apetito de Alfredo, antes de que corramos serio peligro de ser canibalizados.

¡Qué gran sorpresa! Una copiosa y blanca cascada con remansos de color verde esmeralda discurre por la pendiente que baja del pueblo hasta el valle donde se juntará con el Ebro. ¡Qué bonito! Fotos y más fotos. Un voluntario nos hace una foto de grupo y observa a considerable distancia que en las ramas de un árbol hay enredado un dron. Reconoce que es un Parrot. Debe ser un experto además de tener la vista de un lince. Efectivamente comprobamos con el zoom que ha acertado.

En el pueblo nos espera la mesa preparada que diligentemente Domingo había reservado el día anterior. Comemos en una placita resguardada a la sombra. La comida bien y abundante con extensa variedad en el menú. Seremos servidos por contundentes y amables camareras. En particular una morena de gran alzada y rotundas formas carentes de aristas, que trata de resaltar con unas mayas negras bien ajustadas. Parece que le hace ojitos a nuestro ilustre filósofo cuando se dirige él con especial amabilidad.

Hay un perro de raza carlino junto a su dueño al que sospechosamente se parece y a quien pregunto qué se puede ver en el pueblo. Me dice que la cueva está cerrada, pero que hay unas vistas estupendas por el sendero que sube en vertical por el pueblo hasta unos chozos. Levantamos la vista y vemos una bandera a unos 80 o 100 m de altura sobre nuestra cabeza. Un sudor frío nos recorre el cuerpo. Los garbanzos con callos se rebelan. La fabada pega apretones y punzadas. El filete se alía con el arroz con leche para hacernos desistir de la descabellada propuesta de ese tío tan amable como carlino. Con las fuerzas que nos da la curiosidad nos lanzamos cuesta arriba sin mucho entusiasmo, pero las vistas de las paredes verticales de la otra parte del barranco son cautivadoras.

Se puede observar una extraña formación rocosa que tiene una forma muy reconocible similar a África.

Al tran tran subimos extasiados hasta la inalcanzable bandera. Alfredo y yo decidimos ver los chozos para lo que debemos seguir subiendo otro tramo, mientras el resto más juiciosos deciden bajar hasta el verde que se ofrece en la cercanía de la cueva y esperarnos desparramados.

Visto los chozos, bajamos con bastante más soltura que subimos. Allí encontramos en trance somnoliento a los tres.

Pepe fundido en el césped en estado de coma

No le sienta bien el despertar y decide hacer la vuelta por el mismo sitio en completa soledad, primero por detrás del grupo y luego por delante. No sabemos si está o no cabreado ni el porqué, hasta que llegamos a Pesquera del Ebro dos horas después. Hemos saboreado de nuevo el sendero, pero esta vez sin tantas paradas.

A la entrada del pueblo nos da una charla el supuesto alcalde -Víctor-. Nos cuenta las infinitas posibilidades de la zona, haciendo hincapié deliberadamente en aquellas partes que no hemos visitado. Domingo se percata de que las supuestas singularidades responden a su afán de que volvamos a saciar nuestra curiosidad haciendo uso de su hostal. Luego pasamos con el coche por alguna de ellas. Compruebo sobre el mapa que a priori no son comparables al recorrido que hemos elegido.

Antes de llegar al aparcamiento está el hostal del alcalde. Preguntamos si quedan folletos de recorridos de la zona siguiendo instrucciones de Víctor. No hay. Llegan Alfredo y Pepe al que parece habérsele pasado el supuesto enfado. Nos indican que hay un mirador a un kilómetro y medio donde podemos ver una gran extensión del cañón. Nos acercamos en el coche. Espectacular. Comienza la discusión de si es o no por el que hemos ciclado anteriormente. Para mi es evidente. Tengo el mapa en la cabeza que tanto he estudiado para elegir las rutas. Domingo y Pepe no están convencidos hasta que Alfredo carga el track en la web y les saca de su confusión.

Y ya solo queda retornar al hostal. Entre pitos y flautas llegamos a las 20:45. Ducha y a las 21:30 estamos anhelantes de que Ana Mari nos sorprenda con uno de sus magníficos guisos y con su maternal amabilidad. Juanlu no cesa de decirle lo bien que se come en su casa y ella se lo agradece. No saben ambos que se debe a que no ha venido Rufi, y a que sólo se come mal cuando nuestro querido camarada nos acompaña. Veremos en el siguiente capítulo que también existe la Maldición Domingo.

Otras fotos: Link Álbum

Visionar fotos y videos del Álbum de Google en el mapa: ver fotos


4 comentarios en “PN del Alto Ebro y Rudrón-Orbaneja-Cascada del Tobazo”

  1. Muy buena crónica. ¡Que bien rememorar ese espléndido día! Estupenda ruta, perfectamente diseñada. Un lujo de camino. Me lo pasé genial a pesar de la hostia… 🤣

  2. Muy bien contado. Falta el enlace al vídeo de primera (está en el álbum). A pesar de que estuvimos todo el día con la bici no se hizo pesado y el sendero por el río de lo mejor que hemos hecho últimamente.
    Muy buena elección de la ruta.

  3. Que gratos recuerdos, ni un mal gesto ni una mala acción, habia ganas de pasarlo bien, gracias por tus palabras, y he sido el unico que no he hecho cronica, lo que tengo que agradeceros enormemente no porque no pueda expresar con palabras lo acontecido, sino por mis dificultades técnicas. Me iria con vosotros al fin del mundo, sois la polla, gracias, gracias y gracias. Muy buena la cronica PATER 🤣

Los comentarios están cerrados.